"4,32 millones de personas con discapacidad,
más de 8.000 asociaciones luchando por sus derechos"
Opinión
La innovación social en discapacidad
Por Santiago López Noguera, Presidente de FEAPS
05/05/2015
El Movimiento Asociativo FEAPS acordó una nueva Misión en 2010 y no concebimos su aplicación si no se asienta en modelos y prácticas innovadoras.
La misión del Movimiento FEAPS es contribuir, desde su compromiso ético, con apoyos y oportunidades, a que cada persona con discapacidad intelectual o del desarrollo y su familia puedan desarrollar su proyecto de calidad de vida, así como a promover su inclusión como ciudadana de pleno derecho en una sociedad justa y solidaria.
Esta Misión asigna a las entidades que tienen que cumplirla dos papeles: saber apoyar a cada persona y a cada familia en sus proyectos individuales de vida digna de ser vivida y saber transformar los entornos y las comunidades y hacerlas más accesibles, amables e inclusivas. Es decir, que las organizaciones han de ser competentes en ello y las personas, profesionales, voluntarios, socios, directivos, etc. han de adquirir las competencias necesarias para que sus organizaciones puedan cumplir dichos papeles.
La misión, el objetivo, si se toma con toda su filosofía y profundidad, ya es innovación social. No solo por su contenido, sino por la forma en cómo se ha adoptado dicho acuerdo, que se ha basado en una amplísima participación de todos los grupos de interés de todo el país.
La tarea que han asumido las entidades de mundo de FEAPS son mucho más comprometidas y mucho más complejas que las asumidas en tiempos pretéritos: es el coste de pasar de un modelo asistencial a un modelo de ciudadanía. Dicha complejidad exige elevar significativamente el ejercicio de prácticas creativas e innovadoras tanto por parte de las personas como de las organizaciones. Si no, no serán capaces de cumplir la Misión.
Prestar apoyos y defender derechos a la vez y de manera integrada, individualizar dichos apoyos ajustándolos a los anhelos de cada persona y de cada familia, cualificar los entornos y aumentar el capital social haciéndolos inclusivos y comprensibles, empoderar a cada persona, buscar oportunidades para la inclusión real y efectiva, inyectar valores en dichos entornos desde la convivencia, trabajar “más fuera que dentro”, saber hacer alianzas y “enredarnos” en redes, con otros, etc., son actividades nuevas que necesitan de una nueva manera de hacer las cosas.
Desde esta perspectiva, es necesario inyectar cultura y práctica de innovación en todas las líneas de acción de las organizaciones de la discapacidad para añadir valor a la vida de las personas y hacer una sociedad mejor, en todos los niveles: en el microsistema: persona y familia, en el mesosistema: organización, en el exosistema: la comunidad y en el macrosistema: la sociedad y sus instituciones políticas y económicas.
En esa dirección, que las organizaciones de la discapacidad incorporen cultura y práctica de innovación requiere hacer, desde mi punto de vista, cambios profundos en ellas y generar también nuevas maneras de gestionar o de llevar a cabo determinados procesos. Requieren, en definitiva, una manera diferente, innovadora, de entender la organización y asumir con valentía el cambio organizacional que necesitan. Para hacer cosas diferentes hay que organizarse de manera diferente.
¿Cuáles pueden ser las claves de cambio para hacer realidad esa manera nueva de entender las organizaciones que puedan cumplir con los roles que les exige la nueva Misión?
Creo que, al menos, las siguientes hay que tenerlas en cuenta:
- Creer en las personas, poner en el centro a las personas, dar poder a las personas.
- Desarrollar innovación en los procesos de participación. La participación es quizás el primer eje de desarrollo. La conversación, el diálogo y la deliberación bien ejercidos son algunas de las herramientas más eficaces.
- Son necesarios espacios y tiempos para la creatividad.
- Entender las estructuras organizativas de manera diferente. Flexibilizarlas para que se adapten a las personas y que no sean las personas las que se tengan que adaptar a las organizaciones.
- Saber hacer lecturas del entorno y de su evolución. De la cultura social, de las nuevas maneras de comunicación y de relación.
- Desarrollar nuevas competencias en los líderes para llevar a cabo estos cambios.
- Nuevas maneras de aprender y de gestionar el conocimiento.
- …
En definitiva, para cambiar el mundo, crear un mundo nuevo, para cambiar la organización y para que tenga verdadera incidencia y capacidad para cambiar el mundo, para cambiar la vida de las personas y que tengan una vida mejor, es necesario hacer cosas diferentes y de manera diferente. Es decir, no nos queda más remedio que innovar y hacer innovación social.